Para todos los días
† Por la Señal de la Santa Cruz…
Acto de Contrición
Señor Jesucristo, que de Creador has venido a hacerte hombre, y de vida eterna a muerte temporal, y así morir por mis pecados, te pido perdón por todas las ofensas cometidas contra tu Sacratísimo Corazón y te suplico la gracia de alcanzar un crecido e intenso dolor y lágrimas de mis muchos pecados. Amén.
Oración a San Ignacio
Glorioso San Ignacio, que nos diste ejemplo admirable de cumplimiento de la voluntad de Dios, y nos has dejado los santos Ejercicios Espirituales como una herramienta valiosísima para ordenar nuestra vida según el beneplácito divino, te pedimos que intercedas por nosotros y nos alcances la gracia de poder vencer nuestros afectos desordenados y así en todo amar y servir a su divina majestad. Amén.
Segundo día: San Ignacio, hombre del “Magis”
“Magis” en latín significa “más” y es una palabra que sintetiza en gran medida la vida de San Ignacio; él fue un hombre del “magis”, siempre buscó “lo que más”.
Ya antes en su vida en el mundo tenía un “grande y vano deseo de ganar honra”(Autobiografía, n.11); su conversión tuvo también visos de grandeza:: “Leyendo la vida de nuestro Señor y de los santos, se paraba a pensar, razonando consigo: ¿qué sería, si yo hiciese esto que hizo San Francisco, y esto que hizo Santo Domingo?”, y continuaba: “Mas todo su discurso era decir consigo: Santo Domingo hizo esto; pues yo lo tengo de hacer. San Francisco hizo esto; pues yo lo tengo de hacer”(n.7).
Estando todavía en Loyola miraba muchas veces el cielo y las estrellas “porque con aquello sentía en sí un muy grande esfuerzo para servir a nuestro Señor” (n.11). Siendo ya “el peregrino” tenía para con Dios “grandes deseos de servirle en todo lo que conociese” (n.14) y “toda su intención era hacer obras grandes… para gloria de Dios” (n.14). Casi llegando a Montserrat iba “pensando, como siempre solía, en las hazañas que había de hacer por amor de Dios” (n.17). Antes de viajar a Barcelona, para resolver un problema de conciencia habló con su confesor y “le declaró cuánto deseaba seguir la perfección, y lo que más fuese gloria de Dios” (n.39), y así podríamos seguir…
Los Ejercicios Espirituales no son otra cosa que una estructura psicológica y espiritual, humano-divina que impulsa, mueve y atrae hacia lo grande, hacia “lo que más”. Desde el mismo comienzo, cuando pide al ejercitante “grande ánimo y liberalidad con su Criador y Señor, ofreciéndole todo su querer y libertad” [5], pasando por el “Principio y Fundamento” donde a la par de movernos a santa indiferencia de las criaturas, nos invita a aquel heroico “solamente deseando y eligiendo lo que más nos conduce para el fin que somos criados” [23] hasta la entrega de todo (libertad, memoria, entendimiento, voluntad…) de la “Contemplación para alcanzar amor”, no busca el Santo otra cosa que lograr que el Ejercitante, dejando de lado todo sentimiento o parecer puramente humano, pronuncie y ejecute un rotundo fiat (hágase) a todo aquello que el Señor quiere de él, lo que no es otra cosa que hacer lo más grande que un hombre puede hacer en la tierra: la voluntad de Dios.
San Ignacio pudo… ¿por qué nosotros no?
Petición de la novena
(aquí se hace la petición que se quiere alcanzar en esta novena por intercesión de San Ignacio)
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
Oración final
San Ignacio, que has sido un ejemplo de magnanimidad en la búsqueda de la santidad, alcánzanos la gracia de que, dejando de lado nuestro propio amor, querer, e interés, elijamos siempre “lo que más” sea para gloria de Dios y bien de nuestras almas. Amén
Letanías a San Ignacio
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