Como le comenté anteriormente, tuve dificultades, cuando inicié me sentí sumida en una profunda tristeza y angustia, tuve la tentación de no continuar, cosa que no me había sucedido en otras ocasiones. Todo esto fue superando con la ayuda de Dios y con oración (por supuesto también las oraciones de ustedes por los ejercitantes ayudan muchísimo); luego las contemplaciones de la vida de nuestro Señor y especialmente de la Pasión me hicieron profundizar en su inmensa misericordia y en su infinito amor. Estos ejercicios han despertado  nuevamente en mí,  el deseo de santidad, de conversión, el deseo de entregar mi vida con toda confianza en manos de Dios para que Él moldee este barro conforme a su voluntad, lo cual hice este día al finalizar con la contemplación para alcanzar amor. Gracias al Padre Gustavo, a usted y a todos los que se preocupan por acercar las almas a Dios. Bendiciones. Julieta