Oración
Niño que apacientas
Con suave cayado
Ya la oveja arisca
Ya el cordero manso!
¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!
LECTURA
Para que el Señor naciera en Belén, fueron necesarios unos cuantos acontecimientos. San José y la Virgen Santísima fueron a Belén para empadronarse, conforme estaba mandado por el emperador Augusto. El empadronamiento fue el motivo que les hizo abandonar Nazaret….y empezamos aquí a recibir ejemplos admirables; pero, si penetramos más en el fondo de las cosas, hallaremos claridades divinas en estos misterios que podrán ser luz para toda nuestra vida. Desde luego, responde todo a un plan divino; para que se cumplan las profecías, el Señor se vale como instrumento de un emperador, que ni conoce las profecías ni tiene, por tanto, interés ninguno en que se cumplan; se vale de un acto de obediencia en una circunstancia que parecía bastante para excusarlos de obedecer; todos sentían repulsión hacia Roma; por tanto, parecía más natural resistir que someterse, pues de este acto de sumisión se vale el Señor para que se cumplan las profecías. Pues, si miramos este acto de obediencia no en cuanto al exterior, sino tratando de sondear el corazón de la Santísima Virgen y de San José, como vivían, la vida interior y de fe, nos encontraremos que obedecen no mirando al hombre que manda, sino al Señor, de quien es instrumento, y a Él se someten con rendimiento de juicio y de voluntad; y aún podemos pensar que, porque, humanamente mirado, parece aquella orden un atropello, por eso obedecen con más gusto; así son los santos: se recrean cuando ven su honra y su derecho atropellados, porque así pueden ofrecer algo al Señor.
P. Alfonso Torres
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo