Buenos días hermanos en Cristo Jesús; quiero agradecer primero a Dios por haberme permitido tomar estas meditaciones de los Ejercicios de San Ignacio, y enseguida a todos ustedes. Hacía tiempo que me habían hablado de ellos y tenia la inquietud de hacerlos. Hace unos días los terminé y puedo comprender mas claramente el amor que Dios me tiene y el cuidado que tiene de mi. Estas meditaciones me llevaron a sentir ese inmenso amor de Dios y a querer corresponderle de igual manera. Pido a Dios y a Mamita María su ayuda para ponerlas en práctica, Gracias al padre Gustavo Lombardo, al padre Agustín Enrique Bollini y a soporte técnico por su ayuda. Bendiciones.